“¿Qué comen lxs poetas?” es un podcast que
nace de la idea de que los poetas se mueren de hambre, el propósito del
programa es invitar a un poeta en cada episodio para que hable de algo que le
guste comer y algo más que consuma diferente a los alimentos.
El primer episodio de “¿Qué comen lxs poetas?” recibió a Antonio León, el poeta de Baja California que compartió su gusto por el ramen y Billie Holiday, además de leer un poema de su libro más reciente “Cuaderno de Courtney Love”.
Éste es un fragmento de la entrevista con Antonio que puede escucharse completa en Spotify y Apple Music.
***
JS: ¿Qué
piensas de la idea de que los poetas se mueren de hambre?
AL: Primero tendríamos que decir que en este país, como están las cosas, no morirse de hambre es una suerte, independientemente de a qué te dediques.
Yo soy de una localidad al sur de Ensenada,
Baja California, que es un pueblo así bastante de terror donde la mejor fortuna
es dedicarse a algo. A mí nunca me dijeron: te vas a morir de hambre si te
pones a escribir tus poemitas. A mí lo que mi madre y mis tías me dijeron fue:
ah, mira, qué bien, a ti no te van a meter al bote. No como a sus primos.
Entonces, pues no sé, creo que lo de no comer nunca estuvo en la mesa. Vamos,
no soy de una de estas familias de tradición y abolengo científico o intelectual
que de repente dicen: solamente en el mundo de la academia se puede vivir o
solamente en el mundo de la ciencia se puede vivir, y ves que los papás tienen
una maestría, un postdoctorado y todo. No, en mi caso fue: mira, tú estudia y
dedícate a algo y el resto es ganancia. Ya lo de los poemas fue: mira, ahí
está. Y en algún momento fue: ah, era en serio.
La primera sección de este programa siempre se va a tratar de un platillo que le guste comer a nuestro invitado y en tu caso, elegiste el ramen.
Me pusiste en aprietos, mi querido Jorge. Me pusiste en aprietos porque tengo gustos bien específicos en cuanto a cosas que me gustan y además como un poco endémicas. Por ejemplo, soy un gran fanático de los tamales pero mayormente son los tamales que hace mi jefa, entonces hay que estar en situación de pueblo pintoresco para comerlos. De repente no soy tan complicado, contigo he ido a comer a este restaurante que está en tu edificio y yo pudiera ir a comer ahí la semana completa, no tengo ningún problema. Pero también está esto otro que es la comida japonesa que me gusta mucho. En la ciudad de la que yo soy, la ciudad cabecera, que es Ensenada, hay una presencia muy fuerte de los japoneses y chinos mayormente, gente que llevó al puerto una cierta forma de hacer preparaciones de mariscos y obviamente la comida de ellos, que se fusionó. En este caso, el ramen a mí me encanta, mayormente pido el tonkutsu que es mi favorito, no pido el picoso porque luego se pasan y le avientan como si se fuera a acabar el mundo.
A mí me gustó mucho tu elección del ramen porque yo siento que mucho de lo que tú haces, mucho de tu trabajo como poeta, no tiene nada de pudor para enlazar referencias de diferentes lugares, productos culturales de otro lado, música, futbol. Uno de tus poemas que me gusta mucho habla de Messi. Veo una exploración de tu mirada en otros lugares, ¿tú sientes que haces mucho eso?
Yo creo que dijiste dos cosas bien interesantes, obviamente esto de ver hacia otros productos de consumo cultural y no nada más de consumo cultural, están los deportes y consumos de otro tipo. Y otra cosa que es que no me da pena, no, yo no tengo ningún problema con hacer referencias directas. Por ahí, en alguno de mis libros, donde sí era como mucho más constante, alguien me decía: para leerlo tengo que estar conectado al buscador. Y entonces, de repente me parece que sacralizamos tanto el poema que la sola necesidad de ir a buscar una referencia ya nos causa problema, ya es como: no, lo tengo que entender todo. Estamos muy casados con entenderlo todo cuando históricamente sabemos que el poema ha sido explorado desde otras latitudes: el sonido, la parte plástica, la grafología, obviamente la sintaxis.
La forma de escribir y producir con el lenguaje no se reduce al significado, no se reduce a: vamos entendiéndolo todo. Entonces no pasa nada si vamos y buscamos, ¿no? Lo hacemos todo el tiempo con otros productos, con el cine, los videoclips, la música.
Yo conozco a gente que conoció hace poquito a Camarón de la Isla, este cantante español, por la Rosalía. Por una parte de una canción que dice: traigo a Camarón en la guantera. Entonces la gente era: ah, ¿cómo?, ¿traía una hielera ahí? Toda una generación nueva lo conoció por esa canción y Camarón es un cantante vital para la cultura del flamenco fusión en España. Entonces, no, yo no tengo ningún problema.
Me pasa algo que me sucede en la vida cotidiana y que creo que es un sentimiento que todos hemos experimentado que es ver algo que te gustaría que una persona o un grupo de personas, tus amigos, estuvieran ahí. Yo siento eso con el poema, yo conozco esto, a lo mejor ustedes no, me gustaría que lo conocieran. Voy a hablar de esta actriz afroamericana de los años 50 porque creo que era gloriosa y porque creo que la máquina de Hollywood la sepultó, como es la maravillosa Miss Dorothy Dandridge, que creo que fue la primera que lo hizo en Hollywood. Y que puedes hacer que funcione en el poema, y si no funciona, pues ahí sigue estando la referencia. Yo creo que el punto clave es que no pasa nada, vamos sacudiéndonos el miedo a no ser un poeta totémico, canónico y que tu oficio sea arder porque en este mundo hay problemas de verdad. En este mundo hay gente que golpea perritos, hay gente que hace cosas terribles. No pasa nada si en un poema tuviste que ir a buscar una cosa a internet, si no te gustó, si es mal poema según tú, no pasa nada.
Como
una segunda parte de nuestro programa, uno no nada más se alimenta de comida, y
le pedí que me ayudara a elegir algo más que fuera parte de su sustento, y
eligió a la increíble cantante Billie Holiday de la que tengo que admitir que
nunca había escuchado un disco completo seguido, así que me hiciste un gran
favor, Antonio.
Qué gusto que te hayas detenido escucharla, es probablemente mi cantante favorita. Yo escucho música de muchos registros, no estoy casado con algo en particular. Soy muy fan de mi Billie Holiday pero también soy muy fan de Madonna o cosas nuevas así como Caroline Polachek que es increíble y hace como cosas de spoken word y de repente te recuerda a cantantes como Kate Bush que también me gusta mucho. Siempre estoy viendo qué está sucediendo pero siempre regreso a Billie Holiday. Me parece que Billie Holiday tiene la cualidad de que cualquier canción la hace sonar bien. Yo creo que si le damos las mañanitas que es una de las canciones que más odio, la podría cantar. Odio las mañanitas y nunca he entendido porque a media canción los convertimos en argentinos, así de “levantate, levantate de mañana”, ¿por qué hablamos así?
Muy bien que la encontraste y que te gustó. El
año pasado salió una película en la que se narra el duro momento que ella pasó
a causa de una de las canciones de su repertorio, una canción emblemática de su
repertorio, que es Strange Fruit en
la que ella habla de un linchamiento de afroamericanos y que llega en un
momento muy fuerte para todo el discurso de los Estados Unidos que aún soñaban
con ser esclavistas. La América blanca que lo veía como una gran pérdida y que
tenía grandes problemas para asimilar que eran un pueblo con un pasado así, y
cómo todavía seguían segregando a los afroamericanos. La película me
parece que es muy muy interesante, la actriz canta los temas con su voz,
entonces es una variación también interesante de escuchar. Es un registro muy
parecido pero que no se fue con la grabación.
Billie Holiday es una cantante atípica, de repente cambia las notas de las canciones, hay un trabajo formal ahí muy interesante. Algo que leía y que se me hace muy acertado es que Billie Holiday técnicamente inaugura un estilo que ahorita es difícil de diferenciar porque ya muchos intérpretes más lo han retomado pero que no existía.
Sí, bueno, la tradición en la que ella se adscribe de alguna manera tiene que ver uno con los estándares de jazz, dos con esta tradición blusera del sur de Estados Unidos que es hasta un poco spooky, ¿no? De estas canciones de Jimmy Reed, de esas canciones de Robert Johnson que parecen embrujos y en las que se cuentan cosas oscurísimas: violencia, pacto con los espíritus, el diablo te vino a visitar. Es como, ¿qué estaban pensando en el sur galante de Estados Unidos en esa época? Y bueno, también esto que es ya una aportación de Billie que es tomar la influencia de cantantes como Bessie Smith, estas intérpretes que la antecedieron pero que de alguna manera eran mucho más agresivas en el abordaje. La interpretación de Billie es completamente sentida en todo momento, cada sílaba tiene un sentimiento detrás. Es una interpretación que se funde con una cosa que me parece bien importante que es la contención. A ella no le interesa que tú sepas que puede hacer veinte malabares con su voz y que puede alcanzar notas altísimas, a ella lo que le interesa es interpretar, llevar la canción a su terreno, hacerla suya, contártela y la narratividad de la canción. Te desgarra la canción de una manera súper cercana, te está contando algo que te puede pasar a ti. Sus anhelos, sus sueños, los momentos de romance más ligero de algunas canciones como What a little moonlight can do son así completamente, son algo que nos toca directamente y todo eso lo hace con una voz tan vulnerable, tan dulce pero al mismo tiempo con un poder muy especial. Yo ya estoy aquí en un plan muy muy fan, pero para terminar con mi ataque de fan, yo recomiendo mucho su último disco que se llama Lady in Satin. Es un disco de cuando ella ya estaba con problemas muy fuertes con las drogas y su voz lo resiente, su voz ya no era la misma en ese disco, pierde algunos matices muy interesantes pero gana unos tonos graves súper demoledores. Me parece que es un disco escrito desde una parte del sentimiento que no todo el tiempo estamos listos para nombrar. Lady in Satin es un testamento musical de una cantante que ha ido y ha venido del dolor, y ha inaugurado maneras nuevas de dolerse.
Como
última parte de nuestra de nuestra entrevista, no pude haber soñado un mejor
primer invitado para este podcast, te agradezco muchísimo tu tiempo y tu ánimo
para esta conversación pero me gustaría mucho saber si nos podrías leer un
poema de tu último libro.
Te voy a leer un poema precisamente de Cuaderno de Courtney Love, que es uno de los poemas que no se tratan de Courtney Love. El libro está dividido en dos partes, la primera que es el Cuaderno que son poemas que alguna manera se enlazan con la con la figura de Courtney Love, pero la segunda son poemas sueltos que no tienen que ver gran cosa y el que te voy a leer es un poema de una ocasión en la que yo estaba viendo un documental acerca de la comunidad polaca en la Ciudad en ciudad de México, que en algún momento llegó en una especie de éxodo en plena guerra mundial. Me conmovió mucho lo que una de las señoras contaba y en ese momento me paré a escribir, entonces les voy a leer este poema que se llama Polonia.
nos pusieron en el barco aquella tarde
Hermitage se llamaba el barco
diario morían personas a bordo
y no había panteones en el mar
o una losa para llorar por fuera
yo recuerdo cuando vertían cadáveres al océano
aquel sonido
yo lo tengo tan presente
podría estar de vacaciones en una alberca
y reconocerme en el sonido de cuerpos
que entran al agua después de morir
yo era una niña de ojos verdes
pero recuerdo los pasos de olmo
la línea de clavos al fondo de zapatos
que tuvieron dueños distantes
y recuerdo los cadáveres del mar
las sonrisas en improbable duelo de dulces
traídos de Polonia
porque la felicidad es un simulacro de pieles
hendidas
por el verano
en que el mar me llevó a otra parte
***
El resto de la conversación con Antonio León lo puedes escuchar en Spotify o Apple Music.
Puedes leer más poemas del libro más reciente de Antonio León aquí.
Si quieres saber cuándo sale el próximo
episodio, sigue a @jorge_kfgc en Instagram.